Elvis estaba muy lejos de lo que había sido
Ginger Alden, la última pareja de Elvis Presley, sospechó que algo iba mal cuando este estaba tardando demasiado en salir del cuarto de baño. Cuando la muchacha abrió la puerta, se encontró con el cantante tirado en el suelo con el rostro apoyado sobre un charco de vómito. Una ambulancia voló desde Graceland hasta el hospital Baptist Memorial pero poco más se podía hacer ya. El 16 de agosto de 1977, el Rey del Rock murió. Todo el país quedó conmocionado con la noticia.
La historia de Elvis es la historia del sueño americano. El chico de origen humilde que cambió el asiento de un camión por el trono del rock. Elvis Presley es parte de la historia de los Estados Unidos de la segunda mitad del siglo XX y así lo expresó el presidente Jimmy Carter al conocer la triste noticia: “La muerte de Elvis Presley priva a nuestro país de una parte de sí mismo. Era único e irremplazable. Hace más de 20 años apareció en la escena con un impacto sin precedentes y que probablemente nunca será igualado. Su música y su personalidad, que fusionaban los estilos del country blanco y el rhythm and blues negro, cambiaron permanentemente la cara de la cultura popular norteamericana. Tenía un intenso número de seguidores, y en todo el mundo era un símbolo de vitalidad, rebeldía y buen humor de este país”.
A sus 42 años, Elvis estaba muy lejos de lo que había sido. Su personaje le había devorado y se había convertido en una criatura hinchada y dependiente de la infinita lista de medicamentos con receta que el Doctor George Nichopoulos, el Doctor Nick, como solía llamarle, le suministraba. “Elvis: What happened?”, el libro en el que sus anteriores guardaespaldas, Red y Sonny West, aireaban los trapos sucios del cantante al hablar de su feroz adicción hizo mella en Presley. A pesar de que Elvis intentó evitar que se publicara ofreciendo dinero a la editorial, el Rey comprobó que no era omnipotente. Aunque la causa de su muerte fue una arritmia cardiaca, no era difícil suponer que su consumo habitual de drogas había tenido algo que ver.
Pero más allá de la causa de su muerte, no tardarían en surgir un grupo de fans fieles dispuestos a negar la muerte de su Rey. Que Elvis Presley esté vivo sigue siendo una de las leyendas urbanas más populares del rock. Los indicios para justificar que no murió se remontan hasta el momento de su funeral. Algunas de las personas que acudieron a darle el último adiós comprobaron que había algo raro en el cuerpo y en el ataúd. Las cejas estaban arqueadas de manera extraña, las manos estaban tan lisas que parecían artificiales, el ataúd estaba demasiado frío… Por ello, dedujeron que lo que se encontraba dentro de ese ataúd era un muñeco de cera que debía de mantener un sistema de aire acondicionado. Vernon Presley, su padre, no permitió que se sacaran fotografías del cadáver y la única imagen fue tomada por uno de los primos de Elvis, Billy Mann, quien recibió 18.000 dólares por ella. Esta instantánea apareció en la portada del “National Enquirer”.
El certificado de defunción también despertó sospechas. Antes de fallecer, su cuerpo pesaba 250 libras, unos 113 kilos; sin embargo, su peso en el certificado es de 170 libras, 77 kilos. Para darle más misterio, dicho certificado desapareció y solo se conserva una copia del original.
Otra de las pistas en las que más insisten los defensores de la teoría de la falsa muerte del Rey se encuentra en su tumba en Graceland. En ella, su nombre aparece escrito como “Elvis Aaron Presley”; en cambio, en su partida de nacimiento, su segundo nombre figura como “Aron” en lugar de “Aaron”. Esta vocal que marca la diferencia sirve para interpretar que Elvis no está enterrado ahí, ya que su nombre no está escrito correctamente. El origen de este polémico segundo nombre proviene de uno de los amigos del padre de Elvis llamado Aaron Kennedy. Por otro lado, el nombre del hermano gemelo de Elvis, que falleció al nacer, era Jesse Garon. Los progenitores eligieron esos segundos nombres para crear una rima a propósito. Años después, Elvis tenía intención de cambiar “Aron” por el más tradicional y bíblico “Aaron” y, por esa razón, su padre decidió que en la lápida figurara el nombre con las dos letras. No obstante, existe otra hipótesis relacionada con su tumba que para demostrar que el cantante no está bajo esa tierra. Elvis siempre estuvo muy ligado a su madre, Gladys, quien falleció en 1958 mientras él estaba realizando el servicio militar, y quería estar enterrado junto a ella. Sin embargo, la tumba del cantante se encuentra entre su padre y su abuela. Que no se respetara este deseo ha dado a más de uno algo que pensar.
Por otro lado, hay otras teorías en las que el propio Presley pudo dejar varias pistas. Dos horas después de que su muerte fuera anunciada, un hombre pagó en efectivo un billete de avión en el aeropuerto de Memphis para viajar hasta Buenos Aires. John Burrows era el nombre de aquel misterioso hombre cuyo destino era Argentina y John Burrows era, al mismo tiempo, el alias que empleaba Elvis Presley para registrarse en los hoteles y dedicarse a otros menesteres sin que fuera descubierto. Pero el Rey tenía otro apodo: Lancelot. Un día después de su muerte, una de sus exnovias recibió una rosa con la firma de Lancelot, que era el nombre que el cantante utilizaba con ella durante su relación y que solo ellos dos conocían. Además, hasta la fecha, nadie ha cobrado su seguro de vida. En Estados Unidos no es ilegal fingir tu propia muerte; sin embargo, lo que no es legal es fingirla para cobrar el seguro. Otra cosa que da que pensar es que, antes de morir, Elvis se encontraba en vísperas de comenzar una nueva gira. Aunque decía estar ilusionado con esta vuelta a los escenarios, no dedicó ningún momento para prepararla. Ni listado de canciones ni ensayos ni músicos contratados.
Los avistamientos del Rey siempre han estado a la orden del día. Tras su muerte, distintos testigos han asegurado encontrarse con él en los más variados lugares del planeta: desde Estados Unidos, en una gasolinera de Montana, leyendo poesía en la Universidad Estatal de Pensilvania, haciendo autostop en una autopista de Texas; hasta Europa, en un supermercado de Cambridge, en una pizzería de Southampton, en una oficina de Oslo; incluso en Oceanía, Elvis ha podido darse un paseo al volante de un camión. Aparte de los avistamientos, existen numerosas fotografías en las que aparece un supuesto Elvis. Las más famosas son una que un fan tomó de Graceland, donde se ve a Elvis detrás de la ventana, y otra de septiembre 1984 en la que Muhammad Ali aparece en primer plano con Elvis Presley detrás de él. Incluso circula una foto de un Elvis anciano con su nieto. Para quienes quieran documentos audiovisuales, pueden encontrar a un Elvis barbudo como figurante de “Solo en casa” (Chris Columbus) en la escena del aeropuerto donde la madre de Macaulay Culkin, interpretada por Catherine O’Hara, se encuentra con John Candy. Según esto, Elvis no solo vive, también está en todas partes.
¿Qué pudo llevar a Elvis Presley a fingir su propia muerte? Sus últimos años fueron duros. Abandonado por su esposa Priscilla con su instructor de kárate y traicionado por sus guardaespaldas. La imagen del último Elvis es la del Elvis gordo y enfermo. Este Elvis acabado no le hacía ningún bien en comparación con el monstruo escénico que solía ser. Con una falsa muerte prematura, Elvis Presley se convertiría en un mito y podría comenzar otra vida con una nueva identidad. Por otro lado, se especuló con que perdió diez millones de dólares en un negocio inmobiliario con una organización relacionada con la mafia llamada “La Fraternidad”.Elvis pudo haber ayudado al Gobierno a desmantelar este grupo a cambio de una nueva identidad proporcionada por el programa de protección de testigos.Además, el 15 de agosto se vio a Elvis vestido con un traje de la DEA, la Administración de Cumplimiento de Leyes sobre Drogas. Al día siguiente, dos horas después de su fallecimiento, un helicóptero de la DEA aterrizó en Graceland y rápidamente volvió a despegar. ¿Había subido Elvis a ese helicóptero y abandonado el edificio? Detrás de esta teoría, hay una historia real. El 21 de diciembre de 1970, gracias a su insistencia, Elvis pudo reunirse con el entonces presidente Richard Nixon. El cantante le regaló un revólver Colt 45 y el presidente le otorgó la medalla de la DEA que Presley ansiaba tanto. El siempre contradictorio Rey del Rock se ofreció, como buen patriota, a poner todo su esfuerzo en la lucha contra la droga por el bien de los jóvenes estadounidenses y expuso a Nixon su oposición al Comunismo y su rechazo a los Beatles por considerarlos “antiamericanos”. ¿Gracias a este trato de favor con el Gobierno pudo Elvis conseguir una nueva identidad a pesar de los cambios de la presidencia en la Casa Blanca?
Por último, existen otras teorías conspiratorias relacionadas con la suplantación de identidad de Elvis. Después de la muerte, apareció en escena un cantante llamado Jimmy Ellis “Orion” cuyo registro vocal era parecido a Presley. Que su primer álbum se titulara “Reborn” (“renacido”) y que Orion actuara con su rostro oculto tras una máscara hizo que el público se preguntara si detrás de aquel disfraz estaba escondido el auténtico Rey del Rock. Por supuesto que no. Orion falleció en 1998. Más extraño es pensar que la familia de un fan apellidado Scott y enfermo de cáncer terminal recibiera una gran suma de dinero a cambio de una suplantación de personalidad. Este tal Scott pudo asumir la identidad de Elvis hasta que el cáncer le devoró, mientras Presley continuaba su vida de forma anónima. ¡Pero todavía hay más! Aún más extraño es pensar que el hermano gemelo muerto, Jesse Garon, no murió y fue quien ocupó la identidad de Elvis después de que este hiciera el servicio militar. No obstante, hay quien fecha la muerte de Elvis el día 14 de mayo de 1993 por un coma diabético.
Como sucede con el caso de Jim Morrison, la muerte de Elvis Presley está plagada de conspiraciones y teorías para todos los gustos. Cada uno puede creer lo que quiera. Incluso Andrés Calamaro puede seguir esperando su invitación a comer. ¿Tiene este rompecabezas alguna respuesta? Quizá en Memphis lo sepan todos, pero es gente muy discreta y no dice nada. Será mejor así.
Una sección de HÉCTOR SÁNCHEZ.
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