Felicidad...

Hoy estamos en una época muy competitiva donde las impresiones y apariencias cobran especial relevancia. Dónde No es lo mismo vivir en un sector A que en un sector B o estudiar en una universidad estatal o privada. Un panorama que podría catalogarse como "Clásico chileno" aunque en otras latitudes se habla más de las clases sociales que los gustos o preferencias como se hace en nuestra larga y delgada faja de tierra muchas veces denominada "El Culo del Mundo" acá donde por muchos años se habló de los jaguares de Sudamérica.

Por otro lado la imagen es todo dice el 80% de las personas y las empresas tratan de representar un concepto que muy pocos tienen claro: la felicidad.

Tener cosas materiales cómo una casa bonita, un panorama de alegría, consumismo extremo en locales comerciales y tarjetas bancarias, lideran las opiniones de lo que entrega felicidad, pero nuevos estudios sociológicos demuestran que según el nivel económico la felicidad es percibida de diversas formas. Esto difiere del poder que significa para un comprador con un "plástico" Bancario en donde se pasa la tarjeta por una maquina y puede comprar hasta un vehículo.

Esto se da por una parte, los que tienen más disponibilidad económica se sienten felices con los logros profesionales y académicos, dejando atrás la familia o incluso los amigos con el único fin de encontrar reconocimientos y nuevos puestos laborales.

Mientras en las clases humildes, la felicidad está en las cosas simples de la vida como compartir en familia y alcanzar a cubrir todos los gastos como el agua, la luz, llegar a fin de mes con alimentos en la despensa y disponer de todo lo necesario para la educación de sus hijos.

Felicidad no está asociada al dinero, más bien al concepto interno del individuo que es lo más perdido en la actualidad. Los sentimientos señalan algunos y la espiritualidad otros; en definitiva sentirse bien con uno mismo, hacer el bien y relacionarse tal como se es. El aparentar agota y también se nota...